¡El
amor aparece, llega y te muerde en las partes más sensibles, para que no olvides
que impone las reglas a su conveniencia!
¡El
amor te acaricia con su velo de espinas para que sientas el placer más allá de
la piel, y te satures de pasiones y pródigos lamentos!
¡El
amor te empina,.......te eleva,.......y luego te abandona en las alturas para que
termines directamente por los suelos, hecho un mamarracho, un adefesio, pero eso
sí, colmado de amor!
¡El
amor penetra por cada uno de los sentidos y no deja de andar hasta verse del
otro lado de las entrañas! ¡Y cuando llega hasta las mismísimas entrañas, se
acomoda, y nunca más vuelve a salir al exterior; es cuando estaremos de por
vida condenados a un irreversible amor!
¡Dicho
amor es lamentable, poderoso y verdugo! ¡Es un amor cruel desde el comienzo! ¡Egoísta!
¡Vulgar! ¡Un terrible amor capaz de traicionar nuestros más cabales principios!
¿Pero qué podemos hacer ante él nosotros, los indefensos amantes?
¡Pues
bien poco podemos hacer, porque por amor,
somos capaces hasta dejar de amar!