¡Veo entre otras cosas a la entrañable madeja que me
quiere devorar!
¡Cada día en la espesura del bosque me adelanta, salta ante mí,
y me provoca los sentidos para que no la abandone!
¡Naturalmente me adentro en
su laberinto y en el término de su hojarasca
me entrego ante ella como un amante más!